lunes, 16 de noviembre de 2009
internet prohibido
1. Los Estados Unidos de Norteamérica, un país propenso a las creaciones inéditas y sorprendentes, ya tiene un nuevo libro prohibido. Se llama webAffairs y su autora se denomina Show-n-tell (algo así como Mostrar y contar). Se puede adquirir a 40 dólares por Internet.2. El libro, inefable y hasta legendario como el Necronomicon, contempla 144 páginas de capturas de pantalla pixedeladas de exhibicionismo sexual, en las variantes más extremas: heterosexuales, solos, en parejas, gays, bisexuales, drag queens, de todas las edades.3. La obra publicada por Eighteen Publicaciones reproduce a través de las imágenes pixeladas de la webcam las conversaciones, las historias de vida y sus propias impresiones de un espacio privado -incluso "más seguro"- donde muchos experimentan de forma excluyente una vida social.4. Más allá del libro, el proyecto web Affairs ya recorrió varias galerías de arte con proyecciones de lo que su webcam captó y en el Día de San Valentín hizo una presentación de cómo se relacionan las personas a través del sexo en el espacio virtual.5. La autora bostoniana asegura que su creación escapa a los cánones comunes de la pornografía virtual e ingresa a otra tipología de arte que hasta podría llamarse de recopilación.6. “¿Si creen que es pornografía? Es un trabajo de documentación de pornografía amateur. No produje yo esas imágenes, sino que recopilé lo que otros crearon. Como artista, observé una subcultura de la sociedad que está creando su propio porno, independiente de la imagen del porno corporativo. 7. Excitarse frente al monitor. Sí, le pasó a una chica joven y tímida de Boston, que un día se compró una webcam e instaló todo el soft para chatear con una amiga.8. Después esta artista, diseñadora gráfica y profesora descubrió otra función para sus nuevos accesorios de PC.El sexo pixelado viene en formato de libro.9. Aunque tiene un nombre muy sensual, en febrero de 2001 decidió cambiarlo por Show-n-tell y comenzar a recorrer las salas de videochat sexual. Pero no sólo para mirar.10. Se involucró de tal manera que acató las reglas de mostrar-para-mirar que son estrictas en ese mundo virtual y paralelo, hasta excitarse frente al monitor.11. Entonces la experiencia ya estaba en su cabeza como un proyecto artístico, que cuatro años después se publicó en formato libro.
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