A diario se van recopilando diversos detalles de nuestra vida privada, como las compras del supermercado o nuestras preferencias en las pizzas. Aunque en un principio estos datos puedan parecer inocentes, su combinación puede decir mucho de nuestra salud, finanzas y comportamiento y, en última instancia, según un investigador de la Universidad de Tel Aviv (TAU), se podría llegar a utilizar en nuestra contra.
El Dr. Michael Birnhack, de la Facultad de Derecho de TAU y la Prof. Niva Elkin-Koren, de la Universidad de Haifa acaban de completar un estudio exhaustivo sobre la legislación de privacidad de la información en Israel y han señalado unas razones muy convincentes para que los legisladores de todas partes tomen nota.
"No solo nos deberían preocupar sitios como Facebook y Twitter", señaló el Dr. Birnhack. "Son todas las cosas triviales que se registran sobre nosotros contra lo que no estamos protegidos".
El proceso puede ser atractivo: la información recogida por los sitios Web también tiene beneficios. En función de las compras y consultas de búsqueda que hemos realizado anteriormente, Amazon nos puede recomendar libros relacionados, pero la misma información en las manos equivocadas podría ser utilizada por las compañías de seguros para determinar nuestra prima o por un futuro jefe para saber cuántos días solemos faltar al año por enfermedad. Podría incluso cerrarnos las puertas a ese nuevo trabajo, señala el Dr. Birnhack.
Una compañía de seguros de salud no necesita ver nuestro historial médico para conocer el estado de salud de nuestra familia. Puede averiguar lo mismo observando nuestra factura del supermercado. "Si utilizamos un vale de descuento en un supermercado, la información de nuestra compra se almacena en una base de datos; si compramos productos kosher o halal, pueden deducir nuestra religión y la adquisición de productos grasos o sin gluten puede proporcionar un buen indicador de la salud global de nuestra familia".
La legislación federal en los EEUU regula unos 15 tipos diferentes de registros de datos específicos, como la información sanitaria o los historiales de crédito, pero no la información recogida a partir de vales de descuento o sitios Web comerciales; y es mucho más difícil redactar una ley que garantice la confidencialidad en estos campos, señala el Dr. Birnhack.
viernes, 20 de noviembre de 2009
Privacidad de la información digital
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